Comentario literario
Juan Pablo Riveros y la alabanza a los dioses.
En esta obra voluminosa de espléndida edición, nos adentramos con verdadera curiosidad e interés. Las definiciones de poesía se vienen a la mente, como el poema de Bécquer:
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas/ En mi pupila tu pupila azul./ ¡Qué es poesía!/ ¿Y tú me lo preguntas?/ Poesía eres tú. Pero nuevamente asalta la interrogante, ¿Qué Es Poesía?, recordamos la común e infaltable fría definición escolar: La poesía es un texto escrito en una forma particular donde las oraciones se dividen en varios renglones llamados versos. Cuando no hay rima entre los versos ni medida predeterminada se denominan versos libres. Persiste la interrogante y persiste porfiadamente, nos encontramos con un libro peculiar, con un verbo poético diferente, singular, estamos ante una prosa poética, versos que relatan la visión del hombre respecto al Cosmos, en un trayecto sin igual por diversas épocas, relato que se inicia con la primera edad, con el génesis desde la visión ancestral, mapuche, indígena en general hasta las teorías de científicos, eruditos universales.
El poeta es aquí el maestro por excelencia, enseña, informa, interroga y nos inserta en su viaje reflexivo y presenta un estudio cuidadoso, contenido sin parangón en el ámbito literario nacional.
Expresa en el poema Una Historia: “Hace unos 15 mil millones de años,/ hubo la explosión más poderosa de todos los tiempos./ El Universo se expandió,/se enfrió y se oscureció./La energía se condensó principalmente en átomos de hidrógeno,/ e inmensas nubes galácticas/ se alejaron rápidamente unas de otras.”
En la forma: la prosa, el verso coloquial, sencillo, una versátil expresión poética que imprime un sello de grandeza al ignorar las nimiedades de la existencia, lo vulgar, la pálida realidad, ámbitos donde a veces nos perdemos empujados por la furia ilógica de la rutina cotidiana. Invita, sí, nos invita observar el universo, a ver más allá de este pequeño perfil que somos, de la pequeña forma que habitamos y lo hace sutilmente y enérgicamente, agrego sin dudar, con infinita paciencia.
Su Invocación a Holderlin se hace realidad: “Que no haya, maestro, / condena ni oprobio en mi palabra. / Que toda sílaba sea una/alabanza a cada uno de los dioses,/ una oración al hermano sol,/a las hermanas estrellas,/ a las hermanas galaxias,/ un gesto infatigable a la madre noche.
Detenme/ cuando no sea el asombro, /la maravilla o la dicha de la Naturaleza Cósmica total/ cuando cante”.
Este libro es la comunión del hombre, del poeta Juan Pablo Riveros con el Cosmos, producto de su tremendo amor que lo lleva a una unión infinita, imperecedera con el Universo y de cuyo gozo anhela compartir.
Octavio Paz afirma: En la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un diálogo o relación amorosa con el creador, el poeta lírico entabla un diálogo con el mundo; en ese diálogo hay dos situaciones extremas: una de soledad y otra de comunión. Ya nosotros lo sabemos: la soledad del cuarto del escritor y la comunión con el público en la lectura.
¿Qué pretende el poeta cuando expresa su experiencia? Paz contesta: “Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Poesía de soledad o de comunión.
En la comunión el poeta descubre la fuerza secreta del mundo, y el poeta no sólo la descubre y se hunde en ella: la muestra en toda su aterradora y violenta desnudez al resto de los hombres, latiendo en su palabra ese extraño mecanismo de encantamiento que es la poesía. (Octavio Paz)
Para el poeta Riveros, que abre de par en par la puerta de su poética, la ventana del conocimiento e invita a la contemplación, la poesía representa un ritual, unión sagrada, ceremonial santificado, perpetuo, tal como lo experimentaba el gran poeta mexicano Octavio Paz. Y el Cosmos: Palabra. Contemplación. Silencio. Poesía.
La persistencia inicial cede y es que la poesía ya dejó de ser la misma luego del Poema del Cosmos.
Es más que Tú, al decir de Bécquer, más que unos versos técnicamente bien expresados, es el Todo (Cosmos) y Todos (yo, tú, él, nosotros, la CREACIÓN TODA).
Ciertamente, Juan Pablo nos devuelve el asombro. Ingrid Odgers Toloza
Juan Pablo Riveros y la alabanza a los dioses.
En esta obra voluminosa de espléndida edición, nos adentramos con verdadera curiosidad e interés. Las definiciones de poesía se vienen a la mente, como el poema de Bécquer:
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas/ En mi pupila tu pupila azul./ ¡Qué es poesía!/ ¿Y tú me lo preguntas?/ Poesía eres tú. Pero nuevamente asalta la interrogante, ¿Qué Es Poesía?, recordamos la común e infaltable fría definición escolar: La poesía es un texto escrito en una forma particular donde las oraciones se dividen en varios renglones llamados versos. Cuando no hay rima entre los versos ni medida predeterminada se denominan versos libres. Persiste la interrogante y persiste porfiadamente, nos encontramos con un libro peculiar, con un verbo poético diferente, singular, estamos ante una prosa poética, versos que relatan la visión del hombre respecto al Cosmos, en un trayecto sin igual por diversas épocas, relato que se inicia con la primera edad, con el génesis desde la visión ancestral, mapuche, indígena en general hasta las teorías de científicos, eruditos universales.
El poeta es aquí el maestro por excelencia, enseña, informa, interroga y nos inserta en su viaje reflexivo y presenta un estudio cuidadoso, contenido sin parangón en el ámbito literario nacional.
Expresa en el poema Una Historia: “Hace unos 15 mil millones de años,/ hubo la explosión más poderosa de todos los tiempos./ El Universo se expandió,/se enfrió y se oscureció./La energía se condensó principalmente en átomos de hidrógeno,/ e inmensas nubes galácticas/ se alejaron rápidamente unas de otras.”
En la forma: la prosa, el verso coloquial, sencillo, una versátil expresión poética que imprime un sello de grandeza al ignorar las nimiedades de la existencia, lo vulgar, la pálida realidad, ámbitos donde a veces nos perdemos empujados por la furia ilógica de la rutina cotidiana. Invita, sí, nos invita observar el universo, a ver más allá de este pequeño perfil que somos, de la pequeña forma que habitamos y lo hace sutilmente y enérgicamente, agrego sin dudar, con infinita paciencia.
Su Invocación a Holderlin se hace realidad: “Que no haya, maestro, / condena ni oprobio en mi palabra. / Que toda sílaba sea una/alabanza a cada uno de los dioses,/ una oración al hermano sol,/a las hermanas estrellas,/ a las hermanas galaxias,/ un gesto infatigable a la madre noche.
Detenme/ cuando no sea el asombro, /la maravilla o la dicha de la Naturaleza Cósmica total/ cuando cante”.
Este libro es la comunión del hombre, del poeta Juan Pablo Riveros con el Cosmos, producto de su tremendo amor que lo lleva a una unión infinita, imperecedera con el Universo y de cuyo gozo anhela compartir.
Octavio Paz afirma: En la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un diálogo o relación amorosa con el creador, el poeta lírico entabla un diálogo con el mundo; en ese diálogo hay dos situaciones extremas: una de soledad y otra de comunión. Ya nosotros lo sabemos: la soledad del cuarto del escritor y la comunión con el público en la lectura.
¿Qué pretende el poeta cuando expresa su experiencia? Paz contesta: “Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Poesía de soledad o de comunión.
En la comunión el poeta descubre la fuerza secreta del mundo, y el poeta no sólo la descubre y se hunde en ella: la muestra en toda su aterradora y violenta desnudez al resto de los hombres, latiendo en su palabra ese extraño mecanismo de encantamiento que es la poesía. (Octavio Paz)
Para el poeta Riveros, que abre de par en par la puerta de su poética, la ventana del conocimiento e invita a la contemplación, la poesía representa un ritual, unión sagrada, ceremonial santificado, perpetuo, tal como lo experimentaba el gran poeta mexicano Octavio Paz. Y el Cosmos: Palabra. Contemplación. Silencio. Poesía.
La persistencia inicial cede y es que la poesía ya dejó de ser la misma luego del Poema del Cosmos.
Es más que Tú, al decir de Bécquer, más que unos versos técnicamente bien expresados, es el Todo (Cosmos) y Todos (yo, tú, él, nosotros, la CREACIÓN TODA).
Ciertamente, Juan Pablo nos devuelve el asombro. Ingrid Odgers Toloza
POEMAS DE JUAN PABLO RIVEROS
(Poema del Cosmos – Parte I 2011)
MAPUCHE III
Pero antes,
mucho antes,
todo comenzó con una gran
explosión
o Trufken Ruka,
el Estallido de la casa de
Arriba.
En su origen
el Universo era como cenizas
dejadas por las brasas del
carbón ardiente.
Y de ahí nacieron las
galaxias,
nació Wenu Leufu,
el Río de Arriba, la Vía
Láctea
y ese cúmulo de estrellas
Gul Poñi, montón de papas,
las Pléyades.
Y los hombres de la Tierra
adoraban los colores,
por su íntima visión del
cosmos.
El Kuru de la noche,
el Kallfü, violeta,
y el liftan celeste de los cielos,
el verde, karü, de la naturaleza,
y el Kelü de la sangre y de la
guerra
y del copihue
y de las flores del chilco.
Por ello
María Teresa Ruiz dijo al
hallazgo de su estrella:
Tenía la increíble sensación
de haber hallado algo que nunca nadie antes
había visto,
por eso llamé a la estrella Kelü, Roja.
Había que conectar el Cielo y la Tierra.
Como un copihue
que muere lentamente
en la selva del cosmos.
INCA
Un día muy lejano
Viracocha, maestro del
Mundo,
acompañado del Pájaro Inti,
el mensajero de los dioses,
el picaflor
de oro,
surgió de las aguas del Lago
Titicaca,
y creó el cielo y la tierra
hasta el último rincón del
Universo.
Puso arriba a Hanan Pacha, el Espacio Sideral.
Ahí vivían Inti, el sol,
la luna, Quilla,
el relámpago, el trueno, el
arcoíris
y las estrellas.
Y en el Gran Río Celestial, Mayu,
oscurecidos por sacos de
carbón,
el Lluthu, la Perdiz,
y el Sapo y la Serpiente,
y también Chakana, la Cruz del Sur.
Aquí, en Kay Pacha
vivían hombres, animales y
plantas.
Y más abajo,
Uru Pacha, el inframundo.
MAYA
En aquellos tiempos
los dioses del maíz crearon
el universo
en torno a un gran árbol.
Fueron sus ramas
la Vía Láctea
y las constelaciones, sus
flores.
KUAT
Al principio del tiempo,
infinidad de pájaros en el
cielo
impedían ver la luz del día.
Era siempre noche
y los hombres vivían
temerosos
de los animales salvajes.
Cansados de la oscuridad
Iae y su hermano Kuat,
obligaron al rey de los
pájaros
Urubutsin,
a compartir un poco de luz
con los hombres del
Amazonas.
Iae y Kuat
se ocultaron en un animal
muerto
y esperaron a las aves.
Cuando Urubutsin llegó,
Kuat le agarró la pata.
Incapaz de huir,
Urubutsin tuvo que
pactar con los dos hermanos.
Desde entonces los pájaros
comparten la luz del día con
los Mamauranos,
alternando la noche con el
día.
Y Kyat fue el Sol.
Y la Luna, Iae.
HAIDA
Al principio,
sólo oscuridad.
El jefe del río
guardaba la luz del día en
una caja.
El embustero cuervo,
vivía en este mundo sin lin
luz.
Un día,
el Cuervo quiso la luz.
Transformándose en aguja de
cicuta
se deslizó por un arroyo de
agua fresca.
Cuando la hija del jefe del
río
llegó al torrente a beber,
el Cuervo entró a su copa
y la niña lo bebió.
A su tiempo,
nació el Cuervo de la hija del jefe,
apareciendo como nieto
legítimo del jefe del río.
El Cuervo creció rápidamente
con el amor de su abuelo.
Un día,
cuando el bebé Cuervo
berreaba,
su abuelo lo dejó jugar con
la Caja de la Luna.
Entonces, el Cuervo abrió la
caja
y la luna huyó al cielo.
Nuevamente el Cuervo
lloriqueó,
y entonces su abuelo le dejó
jugar
con la Caja de la Luz del
Día.
tan pronto la tuvo en sus
manos,
el Cuervo se transformó en
pájaro
y voló
desapareciendo en la
oscuridad.
El Cuervo llevó la Caja a
los humanos
y la abrió sigilosamente
permitiendo que unos rayos
de luz escapasen de su interior.
Pero los humanos
desconfiaban
de ese embaucador
y no creían
que realmente tuviese en su
poder la luz del día.
Furioso por el escepticismo
de la gente,
el Cuervo abrió por completo
la caja.
Entonces se inundó el mundo
con la brillante luz del
día.
Breve Reseña:
Juan Pablo Riveros (Punta
Arenas, Chile, 1945). Escritor, poeta, Ingeniero Comercial, doctor en Economía,
Magister en Estudios Internacionales, desde hace varios años reside en Concepción, vive
de la docencia universitaria. Obtuvo el Premio Municipal de Santiago 2001.
Ha publicado: "Nimia,
Poemas en prosa" (1980), "De la Tierra Sin Fuegos" (1986) y
"Libro del Frío" (2000), “Poema del Cosmos” (2011).
Correo electrónico: riveros.juanpablo@gmail.com
Sitio Web: jpriveros.info
POEMA DEL COSMOS
PARTE III
EL NUEVO PARADIGMA DESDE COPÉRNICO
Una serpiente en la
noche
si miras hacia la
constelación de la Serpiente,
en el centro mismo de nuestra
Vía Láctea,
una oscura serpiente
atraviesa las espléndidas estrellas.
Como una silueta
cósmica,
sombrías nubes
interestelares
de gas y polvo oscuro,
enmascaran fértiles campos de
estrellas
y nurserías estelares
que titilan cerca del plano de la galaxia.
Son el crisol de futuras
formaciones de estrellas.
Largas como la luna
llena,
las nubes moleculares de
la nebulosa de la Serpiente
miden algunos años luz
vistas de perfil.
A casi 650 años luz de
la Tierra.
GIORDANO BRUNO II
Que el Universo es abierto y
descentrado.
Que el cosmos
aristotélico-ptolomeico
postulado por los
escolásticos
debía ser replantado.
Que la naturaleza puede ser
develada
mediante la investigación
empírico racional.
Que el hombre debe ocupar un
nuevo lugar en el Universo.
Que las diferentes partes
del Cosmos
tenían igual valor
como el testimonio del poder
divino.
Que el Universo es infinito
como efecto de la Causa Infinita.
Que hay infinitos mundos.
Que la causa infinita debe
buscarse en nosotros mismos.
Que los habitantes de otros
planetas deben buscar a Dios
en sí mismos y no en
nosotros.
GALILEO VIII
¡Pero la lógica del espíritu
no corresponde a la lógica
de los acontecimientos!
Abrumado y cubierto de
oprobio,
Galileo escribe
clandestinamente su obra maestra,
el primer tratado
sistemático de física matemática:
Discorsio e monstrazioni
mathematiche intorno
a due nuove scienze
attenenti alla mecánica e i moviment local.
¡Era el pensar nuevo!
POEMA DEL COSMOS
PARTE IV
A TRAVÉS DEL UNIVERSO I
UN RETRATO INICIAL
El antes no existe.
No tenemos la menor idea,
ni el menor indicio
de lo habido antes de la
creación del tiempo,
de la materia y del espacio.
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