domingo, 27 de mayo de 2012

Poemas de Antología personal Ingrid Odgers - GALERÍA

Palco

Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que nosotros.
Ven, amiga, y recuerda
que los ricos tienen mayordomos en vez de amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos. El desván-Ezra Pound

 

Pavlova maravilla gira en

el escenario

Alza sus finos brazos

Y en punta de pies

Nos hace olvidar tu nada santa piedad confesada

Ella gira y gira

Todos tienen amigos

La aurora roza la espalda de

Todos

Pavlova maravilla se inclina

Y tú me convences de

que es tiempo

De dormir juntos

Sin piedad






Tedio


Y este cuerno de carne que me come
Y este baile de bocinas que me botan
Te pregunta te interroga te examina
Un micrófono tuerto una aspirina
Y me alejo dormida en la techumbre
Paloma tímida
Ratón de biblioteca
De palabra sucia
Y de náufrago de voz desconocida
Que aplaude atiborrado de algas y denuedo
Me coito me copulo me destello
En la sombra del árbol hojas tedio
Letargo relámpago que azota
Pesadilla de plantel y de ficción
Empapado de lengua y  de cincel
Rebota Rebota Rebota
Y me hago astillas
De mentira me solazo
Me destapo
Total  el cansancio el hastío
Y la penumbra
Llama a un sueño de eterno y de relajo.

 

  Poema 52

 

Quiero ser el poema 52

Quiero ser

Desde la buhardilla de mi seso

Desde el subterráneo del YO

Ser y ser

Verbo del fangal de tu boca

De  tu lúbrica vena

Hiedra arteria de palpita corazón y sien

Masa de tus gradas

Desde el mediodía al amanecer

Desde la ansiedad y el límite

Ser y Ser

El oblicuo ojo de tu vientre

Marcado por tu huacha zapatilla

Marcado por tu manta ecuatoriana

Y tus calcetines de  rojo verde y azul

Si, eso, si

Poema 52 en la procesadora de tu oficio

De este libro enésimo

Y es que sé, lo sé

Que los elefantes no duermen

(Danzan y danzan en el perímetro inútil)

Presumido título

De tu nuevo libro






De casino y ruleta

Los símbolos de la noche despiertan
Las llamas encolerizan los ojos
Duendes y lobeznos desgarran
Azotan el seso de ágiles notas
En sintonía con la señal escondida
Nada verdad nada mentira
El espinazo relativo del peregrino
Hace nido en la hipocondría / en el verbo oculto
Y la solitaria soledad de soledades en
Cópula con la tecla y el signo
se reclina en el extremo placer
De un juego sempiterno
Casino y ruleta de condena
(Seducción de más de un millón de
 dólares – digo- más que
una propuesta indecente)
Esta lengua parlante/Lenguaraz de saliva reseca
Articula violines sellados y
Traslada en párvulos soliloquios
Nada verdad / Nada mentira
Esfera del encierro relativo
Madera de foco insolente que provoca
Casino y ruleta/ Ateneo de
Apuestas de-mentes
Y maniáticas jugadas
Expuestas
Muy  relativa / re-la-ti-va-mente






Claraboya


Las bellas ventanas abiertas y cerradas
Suspendidas de los labios del día
Las bellas ventanas en camisa
Las bellas ventanas de cabellos de fuego en la noche negra
Las bellas ventanas de gritos de alarma y de besos
Nudo de espejos,  André Breton

De cielo y nubarrones errantes
de diamantes y olas
mies y brillantes
olas olas
olas de fuego parlanchinas

te visten/visten
con signos
que fulgen en el
paladar galáctico

Te engalanan titilantes
Los carros de  pomas 
Los habitantes de
Barrios excéntricos paradójicos

Se desprenden
(En nudos de puntilla)
Los pájaros de tinta
Que la utopía traza en el pulgar del viento
Escandalosos inconvenientes
Los aeronautas combinan el delirio con la velocidad
Instalados sobre las nubes abren sus capullos inciertos

La libación del sueño el nervio la prisa

Horizontal exhausta
De ojos  sostenidos elucubro

Y todo lo amado es bello de belleza bellísima
Claraboya
De muslos abiertos
Claraboya de ojos cerrados
Azules como los párpados
Empapados de besos
En el distrito quimérico

Arriba de mí en lo alto
Olas y olas
de espuma y  fuego
Hablan parlanchinas 
De besos y aguaceros

Divinidad abierta y  cerrada
Que en-ga-la-na.








Latidos

Arte de los días arte de las noches
Estoy en la ventana muy lejos de una ciudad llena de terror.
 No ha lugar, André Breton

Si contara los latidos
Estrellados contra mi almohada
Germinarían los corales 
Con su lluvia de heridas y temores
Temores de quedar eternamente
Rodeada de sombras
Que giran  y giran
Invisibles/ InvencibleS
TIC/TAC
Niego la recurrente presión del árbol
Niego la recurrente estocada de las campanas
Niego la recurrente amenaza de las gotas de agua
Ensombreciendo mi ventana
Humedeciendo los oídos
Perturbando el Arte de los días/Arte de las noches
(Del que me habló Breton en su ocupada paranoia)
Niego los cambios de horarios
Que alteran los punteros del reloj
Que ahogan los estanques
Con el ulular del viento
Y sus oscuras cadenas etéreas
Paralizando los carros de luz
Ni Árbol
Ni  campana
Ni gotas
Estancando los latidos
Oficio de día/oficio de noche






Hormiga


Cantando tú vas
Cantando
Liada de azúcares
Pariendo estrellas en las cenizas del tiempo
Desoyendo
En tu vientre de vid
La antorcha del hambre
Vas
Mar turbulento
Catarata de espigas

Roble que marcha
Entre alcores y cañadas
En tus sandalias
Fulge el sol
Y cielos galopan
Cantando tú vas
Cantando
Liada de azúcares
En los arrabales
Ocultas el trueno
La andadura de guijarros
Guerrera del día
Cazadora de lobos
Coreando vas
Y rompes barrotes
el acuario la jaula  el puente el castillo
pez pájaro duende reina de ti

No lanzas la primera piedra

(No quieres engañarte una vez más)
Y alzas el vuelo
Tu vuelo
De fuego

Anti-zapatilla

 

 “….ella conversa:

«Connaissez-vous Ostende?».
La gorjeante dama italiana en la otra punta del restaurante
replica con cierta altivez,
pero yo espero pacientemente
a ver cómo Celestine vuelve a ponerse las zapatillas.” Zapatillas negras- Ezra Pound


No me quito las zapatillas Don Ezra
No tengo medias blancas
Jamás pondría los pies sobre una servilleta
(Me atrevería a ponerlos entre sus rodillas)
Tampoco soy italiana
No reclamo sino bizarramente
No voy a restaurantes aristocráticos
(Sólo como hamburguesas con ají)
No escucho más gemidos
Que el sordo arrullo de las palomas
El zumbido de los mosquitos

El sonido agudo y burlón de las gaviotas
Y claro

El jadeo de los vecinos cuando hacen el amor
El lloriqueo de los buses de mi barrio del Sur
(Aquí, en la cola, cola del orbe)
Sí, así es

No conozco Ostende de Flandes Occidental
Mmmmmm………………..advierto
Que pretende engañarme con la tal Celestina
Cuénteme,
¿Qué tiene que ver Ud., con la ciudad más británica de Bélgica?
Dolorosamente descubro que lo único que nos une es
Que ambos no creemos en el romance y que
Celestina es suficiente para usted.



  Marie Grubbe


“Ignora Señora, que hay en el mundo una sociedad secreta que se podría nombrar la compañía de los "melancólicos".
 Jens Peter Jacobsen

He
Buscado
Marie
He
Buscado

el corazón más grande y la sangre más viva;
anhelo y deseo mucho más;
aspiro con ardor,
y mis pasiones son vehementes

Se  niega voz y  letra

Marie
Materia de poeta, carne y sangre de poeta
Te desapareces
Te niegas
Ignoras que
Busco flores bajo las hojas muertas
Y sé
de tristeza y desesperanza

Todo es breve e imperfecto

Tanto que eres capaz de negarte
A la figura del último suspiro
Marie, Marie
Eres la misma felicidad que se me niega
Conociendo mi nombre, mi rutina y esta hambre
Este melancólico placer
Que me entumece
Y me deshace
Y me trastorna
Des-ha-ce   Con-fun-de  Complica
Y es celda de carcoma que
Él
Enunció.


    Álamo Paradoja

 

Yo canto, canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de 1os sucesos, como quien come, bebe, o anda y porgue si; moriría si no cantase, moriría si no cantase; el acontecimiento floreal del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; lass ruidosas, trascendentales epopeyas me definen ,e ignoro el sentido de mi flauta; aprendí  a cantar siendo nebulosa, odio, odio las utilitarias, labores, zafias, cotidianas, prosaicas, y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, *cantar, cantar. . , -He ahí lo único que sabes, Pablo de Rokha! , . . 


Te veo romper la noche con

Un zapato en la mano

El viento es organillo en tus cabellos

Descalzo y enjuto

Enjuto y  sin pupilas

Te veo y

Tú, tú

Interrogas al siniestro timbal de tu cabeza

(Golpeas tu nuca una y una vez más)

Preguntas al conjunto de hormigas calcinadas

(Animales ateridos desosados)

Preguntas al beodo allí en la esquina

(Atónito tambaleante pide un cigarrillo)

Estrafalario escarpín es la vereda

Puente de cera la calzada

Te veo romper la noche con

Un zapato en la mano

El viento

Enjuto y sin pupilas

Ha gritado tu nombre en la ventana

Paradoja este alfil desaliñado

 

Cosido a un alféizar descompuesto

Trémol por tu lóbrega rareza

(des-concierto cierto)

Príncipe infeliz en cataratas

Lobo herido / triste lobo

Paradojal macabro

Es-tra-fa-la-rio

/la-rio

 

Breve Reseña

Ingrid Odgers Toloza (Concepción, Chile).

Escritora, narradora, poeta, editora, crítica literaria, gestora cultural del Biobio de Chile.

20 libros publicados: poesía, novela, ensayo, obras de teatro, guiones audiovisuales.


 

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